Adopción de Aurora

Nació hace un par de años siendo galga, que con frecuencia es sinónimo de esclava. Una de tantas que corren y paren hasta que un señor, el mismo que sentenció que así debía ser su vida, decide que se acaba, que ya no vale. Lo llaman 'descartes'.
Ella, con el estómago encogido, diminuto, por tantos días vacío, engulló el contenido de varias bolsas de basura. Plásticos y huesos que se atascaron y causaron un dolor indescriptible, tan intenso que se echó al suelo a morir.
Aurora sobrevivió y desde entonces no hizo más que ganar. Un nombre, una identidad y la libertad de ser quien quiera que fuera. Y ha resultado ser una perrita serena, tranquila, que adora los rayos de sol y las siestas eternas. Pasar un ratito a su vera es toda una delicia.
Desde hace un mes, Aurora vive en la residencia y no termina de adaptarse a ella. No es su sitio.
Está sanita, acostumbrada a convivir con otro perrito y pasear cada día, es apta con gatos, elegante y un poco snob. No le gustan los gritos ni las prisas y el estrés es su mayor enemigo.
Aurora está en Sevilla y busca, por fin, una familia definitiva. Para ello puede viajar a otras provincias.