Ficha de Ona
en adopción- Nombre Ona
- Especie Gato
- Desde 5-7-2021
- Sexo Hembra
- Edad 11 años y 1 mes
- fecha de nacimiento 10/2013
- Raza Común Europeo
- Tamaño Pequeño
- Localidad Dos Hermanas (Sevilla)
- ID 31
Descripción
Mientras el administrativo preparaba su ficha de entrada le preguntaba al humano que la acompañaba qué problema había con ella, y él respondía que ninguno, que era una gata buena.
Le pidieron que recapacitara, que se la llevara a casa.
Esa gata buena entraba en la perrera sin más posesión que un transportín roto, remendado con cinta aislante y un trozo de plástico haciendo las veces de puerta.
Esa gata buena maullaba desesperada como si supiera que una vez dentro, quizá no habría un mañana.
Tiene 9 años, que son los que le regaló a la persona equivocada.
Es, en efecto, una gata buena. Más que buena. Y estaba muy asustada.
Ona estuvo tan sólo unos segundos en la perrera, el tiempo justo de tramitar su salida rápida y urgente, pero fue plenamente consciente de que fue abandonada y necesitó más de quince días para armarse de valor y salir del fondo de un árbol rascador.
Echó de menos a quien fue su familia. Probablemente también su cama y su rutina.
Es una gata senior, carey. Suficiente para ser condenada a un olvido que no merece. No tiene una raza exótica como carta de presentación, ni un color inusual, ni siquiera la edad está de su parte. Y aún así, sé que hay alguien por ahí que va a quererla mucho, y que va a quererla bien.
A Ona le gusta comer latita, dormir a todas horas y si puede ser, cerca de los rayitos de sol que entran por la ventana o el balcón, y sobre todo, le gustas tú. Si pudiera hacerlo, se mudaría a vivir en tu regazo. Es una gata muy tranquila que convive con gatos y perros pero los ignora a todos porque su pasión son los humanos. Qué pena no supieran corresponderla.
Está en Sevilla y puede ser adoptada en cualquier otra provincia.
De algo debería servirle a Ona ser, como dijo, una gata buena.
Le pidieron que recapacitara, que se la llevara a casa.
Esa gata buena entraba en la perrera sin más posesión que un transportín roto, remendado con cinta aislante y un trozo de plástico haciendo las veces de puerta.
Esa gata buena maullaba desesperada como si supiera que una vez dentro, quizá no habría un mañana.
Tiene 9 años, que son los que le regaló a la persona equivocada.
Es, en efecto, una gata buena. Más que buena. Y estaba muy asustada.
Ona estuvo tan sólo unos segundos en la perrera, el tiempo justo de tramitar su salida rápida y urgente, pero fue plenamente consciente de que fue abandonada y necesitó más de quince días para armarse de valor y salir del fondo de un árbol rascador.
Echó de menos a quien fue su familia. Probablemente también su cama y su rutina.
Es una gata senior, carey. Suficiente para ser condenada a un olvido que no merece. No tiene una raza exótica como carta de presentación, ni un color inusual, ni siquiera la edad está de su parte. Y aún así, sé que hay alguien por ahí que va a quererla mucho, y que va a quererla bien.
A Ona le gusta comer latita, dormir a todas horas y si puede ser, cerca de los rayitos de sol que entran por la ventana o el balcón, y sobre todo, le gustas tú. Si pudiera hacerlo, se mudaría a vivir en tu regazo. Es una gata muy tranquila que convive con gatos y perros pero los ignora a todos porque su pasión son los humanos. Qué pena no supieran corresponderla.
Está en Sevilla y puede ser adoptada en cualquier otra provincia.
De algo debería servirle a Ona ser, como dijo, una gata buena.
Está en Sevilla pero puede viajar dentro de España para encontrarse con su familia.