Ficha de Sultán

Se llama Sultán desde anoche a eso de las diez, cuando salió de la cuneta donde llevaba al menos un buen puñao de horas.
Miraba a la carretera y luego a mí como tratando de decidir qué le daba más miedo. Supongo que no podía decidirse y fue la ventaja suficiente para atraparle traicioneramente. Se opuso a su propio rescate todo cuanto pudo y de cuantas formas supo y al final no quedó más remedio que cargarlo en brazos.
Tiene un año aproximado y toda la pena del mundo en esos ojos que gritaban de lejos, mucho antes que sus dientes, que es un bebote asustado.
No sé qué ha pasado, pero no fue atropellado. Me refiero a que no sé los detalles, si un coche le empujó a la cuneta tras golpearle o si el pánico era todo cuanto le paralizaba. En mi opinión, es lo segundo. Sé que donde quiera que haya estado, le han tratado mal. Tan mal que podía moverse y marcharse, pero no era capaz, el pánico pesaba más.
Sultán trae una desnutrición muy bestia, es un perrete enorme que debería rondar los 60 kilos y pesa tan sólo 30. La analítica es un poco desastre pero lo esperable en sus circunstancias, aparte de que tiene muchísimos parásitos.
Pasó la noche de ayer en el hospital veterinario, parecía que mostraba dolor en el abdomen pero se encogía para tratar de apartarse del contacto con las personas. No tiene hematomas y al revertir la deshidratación y tranquilizarse, empezó a salir del shock y moverse solo, aunque aún le queda esa tristeza como compañera.
Sobre Sultán esa es toda la información hasta ahora.
Sobre otras cuestiones planteadas, intento resumir sobre todo para quienes no conocéis la asociación ni a mí y preguntáis por él.
El albarán de anoche son 150€ y no ha sido atropellado o no con lesiones, a menos que de positivo a filaria o leishmania, sus siguientes gastos veterinarios serán los de cualquier perro rescatado. La residencia son 120€ al mes. Las deudas actuales son de 3500€ en esa misma residencia, 500 en la guardería de los gatos y no sé cuánto en el mismo hospital donde lo atendieron anoche. Todas esas puertas que se han abierto para recibirle y empezar una nueva vida se cierran cuando los números son rojos en vez de negros.
El rescate de este nuevo chaval mío era una emergencia y como tal tenía que ser respondida, pero no es porque haya espacio ni desahogo de ningún tipo.
Hace falta ayuda no sólo para él, que como digo tendrá (espero) gastos normales, sino para que esta asociación recién nacida que intenta amparar a 40 animales no se hunda y pueda volver a salir corriendo a por mil Sultanes más antes de que la vida se les vaya al pie de una carretera.
Necesita madrinas y padrinos

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